Hace cincuenta años, el Dr. Broda Otto Barnes descubrió que la temperatura corporal es un indicador del despertar de actividades. Hizo especial hincapié en la temperatura del cuerpo inmediatamente después de despertarse. En su libro habla sobre la glándula tiroides, así como de una variedad de problemas y enfermedades que pueden ocurrir en el caso de que la glándula tiroides no esté funcionando correctamente. El doctor Barnes creó una prueba casera que se puede hacer en la intimidad de su hogar. Es fácil y rápida y comprobará si su glándula tiroides está funcionando correctamente.
La prueba o test de Barnes
Antes de ir a la cama, tome un termómetro y agítelo bien. La temperatura tiene que ser de 35°.
Una vez que se levante, ponga inmediatamente el termómetro debajo de la axila. Mantenga el termómetro durante diez minutos (o siguiendo las instrucciones de su termómetro). Cuando aparezca el resultado, anótelo. Este resultado se conoce como la «temperatura basal de la mañana». La temperatura normal es de entre 36,5 y 36,8.
Tenga en cuenta que debido a las enfermedades infecciosas y en mujeres con menstruación, la temperatura puede variar. Haga la prueba sólo cuando esté completamente sano.
Resultados de la prueba
La tiroides funciona normalmente si la temperatura es de entre 36,5 y 36,8.
En caso de que encuentre que la temperatura está por debajo de 36,5, entonces es posible que su tiroides funcione a un ritmo menor (hipotiroidismo). Tenga en cuenta que la depresión, falta de energía, fatiga, infecciones, dolores de cabeza crónicos, falta de memoria y concentración y pérdida de cabello son síntomas de una tiroides con una disminución de su actividad funcional.
Si la temperatura es mayor de 36,8, el trabajo de la tiroides está acelerado (hipertiroidismo) o tiene una infección en el cuerpo.
Esta prueba se recomienda que sea realizada durante tres días seguidos si se quieren obtener resultados precisos.
En caso de que encuentre que la temperatura está por encima o por debajo del rango normal, consulte con su médico.
Una buena función hepática, una vida libre de estrés, el selenio, la vitamina A, el cortisol, magnesio y vitamina B son muy importantes para el buen funcionamiento de la tiroides.