Ricos en fibra, proteínas y antioxidantes, forman parte de nuestra dieta mediterránea y son ideales para sustituir los alimentos grasos, los altramuces son una legumbre que puede tener un impacto muy positivo en nuestra salud.
Si se consumen con moderación, los altramuces ayudan a regular el colesterol gracias a su fibra insoluble, que reduce la grasa en el organismo y favorece el tránsito intestinal. Las lecitinas de los altramuces también ayudan a aumentar el colesterol bueno.
Los altramuces contienen ácido fólico, que ayuda a bloquear los efectos negativos de la homocisteína y a prevenir las enfermedades del corazón.
Como todas las legumbres, los altramuces también contienen purinas, compuestos que se convierten en ácido úrico en el organismo. Por ello, el consumo de altramuces no se recomienda a quienes padecen gota o hiperuricemia.
Según estudios recientes, ciertas proteínas de los altramuces interactúan con la insulina humana, ayudando a regular los niveles de glucosa en sangre. Por eso, si se consumen con moderación, los altramuces pueden ser beneficiosos para quienes padecen diabetes de tipo 2.