La preocupación es un mal innecesario cuando se trata de su salud mental. Algunos lo consideran simplemente un mal hábito que puede desaprenderse con la práctica. Otros piensan que preocuparse puede servir a un propósito del cerebro que nos ayuda a aprender de las experiencias del pasado y prepararse para las nuevas. Ya sea bueno o malo, preocuparse ocupa nuestro cerebro, centrándose en un futuro incierto que no podemos controlar.
Se dice que la depresión se centra en los acontecimientos pasados que desearía haber podido cambiar, y que la preocupación se centra en los acontecimientos futuros sobre los que no se tienen ningún control. También podría decirse acerca de preocuparse, que usted piensa que no tiene control sobre el futuro, cuando en realidad se puede optar por tomar medidas para ayudar a prepararse para lo que sea que le esté preocupando. En este artículo, vamos a buscar formas activas que pueden ayudar a entrenar su cerebro para dejar de preocuparse.
CÓMO ENTRENAR A SU CEREBRO PARA DEJAR DE PREOCUPARSE
1. DETENER SU CEREBRO DE LA PREOCUPACIÓN Al ESCRIBIRLO
Cuando se está entrenando a su cerebro para dejar de preocuparse, se dice que ésta técnica es la más importante. Si su cerebro se mantiene alerta durante la noche pensando en algo, póngalo en un papel o en formato electrónico. Si lo hace, permitirá a su cerebro un suspiro mental de alivio por no tener que gastar energía tratando de recordar esos detalles. Si va a preocuparse por lo que va servir en una reunión de amigos, anote ‘¿Qué hay que servir?’
Anotarlo también es una manera de que usted ponga a su cerebro en aviso al decirle: ‘esto es lo suficientemente importante como para escribirlo‘. Su cerebro habrá sido alertado de poner recursos hacia la solución de este problema en lugar de estar preocupado o tener que recordar esa cosa importante que le preocupa.
¿Por qué escribirlo? Los investigadores ahora tienen evidencia de que los individuos con preocupación crónica también pueden ser evasores de problemas crónicos. Los científicos en la revista Anxiety, Stress & Coping dieron a un grupo de personas que se preocupaban la oportunidad de anotar tres resultados posibles para la situación por la que estaban preocupados, a continuación, se analizaron las respuestas buscando soluciones prácticas. Los científicos dijeron: ‘Cuando se observaba el grado de concreción en la elaboración de los problemas de los participantes, mostraban una relación inversa entre el grado de preocupación y el de concreción: los participantes más preocupados acerca de un tema determinado, eran menos concretos en el contenido de la elaboración de las soluciones. Los resultados desafían la opinión de que la preocupación puede promover un mejor análisis de los problemas. En su lugar, se ajustan a la opinión de que la preocupación es una respuesta de evitación cognitiva.‘
2. MEDITAR PARA TENER UN CEREBRO SIN PREOCUPACIONES
La meditación puede ayudar a entrenar su cerebro para dejar de preocuparse. Investigadores en la revista Psychosomatic Medicine estudiaron los efectos de la meditación y encontraron que la meditación es especialmente buena para la reducción de la ansiedad cognitiva, o precupación. Aunque algunas personas creen que no tienen tiempo para meditar, la meditación es tan fácil como elegir cerrar los ojos en este momento durante 30 segundos o más. El acto de elegir no prestar atención a otras fuentes de estrés es un paso activo para entrenar su cerebro para dejar de preocuparse.
Unos pocos momentos en donde se elige conscientemente evitar cualquier ruido no natural en su vida le permitirán conseguir centrarse en torno a lo que es más importante para usted, ahora y en el futuro. Los pensamientos preocupantes pueden venir a usted mientras medita, y esto es normal. Aquellos que han dominado el arte del entrenamiento cerebral para dejar de preocuparse recomiendan observar los pensamientos preocupantes cuando entran en la mente y simplemente observándolos pasan como nubes en un día ventoso.
3. HAGA EJERCICIO PARA ENTRENAR A SU CUERPO Y SU CEREBRO PARA DEJAR DE PREOCUPARSE
La preocupación es cómo el cerebro aprende a sobrevivir con la decisión de activar el sistema de lucha o huida. Si un puma salta cerca de usted, sentirá algo como una descarga de adrenalina. Esta respuesta de miedo es lo mismo que le que está sucediendo a su cuerpo cuando usted se preocupa, aunque en un nivel mucho más bajo durante un período de tiempo más largo.
El mismo estudio en la revista Psychosomatic Medicine encontró que el ejercicio, por el contrario, es bueno para cuando su cuerpo siente síntomas de ansiedad y nerviosismo. Si su cuerpo siente menos los síntomas físicos del estrés, su mente va a interpretar que debe haber menos de lo qué preocuparse porque el cuerpo no está en un estado de aumento de excitación.
El ejercicio parece dar al cuerpo una razón secundaria para la aceleración del ritmo cardíaco y la transpiración para que lo podamos sentir en un nivel pequeño cuando nos preocupamos. El ejercicio puede ayudar a disminuir la presión arterial, que es otro de los síntomas físicos de estrés en el cuerpo. Si puede identificar que se está preocupando, de un paseo de 5-10 minutos, en el exterior si es posible. Aprecie las vistas y los sonidos de la naturaleza mientras se centra en el movimiento de sus extremidades y las respiraciones que usted toma.