Cómo una cucharadita de semillas de chía puede ayudar a mejorar su corazón, cerebro e intestino

El nombre chía proviene de la palabra azteca para «aceitoso», que es «chian», y esto explica bien cuál es uno de los principales beneficios de la chía; es muy alta en ácidos grasos omega-3, que son un tipo de grasa insaturada.

Es fácil confundirse entre omega-3 y omega-6. Básicamente, los ácidos grasos omega-3 son las grasas que no son tan fáciles de obtener. Están en aceites de pescado, semillas de lino, semillas de kiwi y semillas de chía, entre otras cosas. El Omega-6, por otra parte, se encuentra en muchos alimentos: nueces, aceites vegetales, aguacates, etc. Tan importante como las grasas omega-6 son para nuestra salud, el equilibrio de omega-3 a omega-6 es igualmente importante. Al ser tan fácil de consumir el omega-6, es muy fácil acabar consumiendo desequilibradamente los dos tipos de grasas. Cuando se trata de la cantidad de grasa omega-3 en varios aceites de semillas, la semilla de chía tiene el contenido más alto, justo por encima de las semillas de kiwi, perilla y lino.

Semillas de Chía y digestión

La mayoría de las personas conscientes de la salud estarán más familiarizadas con las semillas de lino que con las semillas de chía. Así que, si alguna vez has puesto una cuchara de linaza en agua y la has dejado durante 30 minutos, al regresar habrás encontrado una especie de solución pegajosa, como una especie de consistencia gelatinosa. Bueno, lo mismo sucede con las semillas de chía, que es otra razón por la que son tan buenas para ti; actúan de la misma manera en tus intestinos. Esto significa que son realmente buenas para tu sistema digestivo, proporcionando una gran cantidad de fibra. Además, esta acción de formar una solución gelatinosa se mueve a través de tu cuerpo y limpia a medida que avanza. También se cree que este gel previene físicamente la rápida descomposición de los carbohidratos en el cuerpo al ralentizar la acción de las enzimas en los carbohidratos.

Chia – Un poderoso nutriente

La semilla de chía fue una vez un alimento básico de los aztecas, amado por su capacidad para conservarse y su resistencia. En realidad, se podría vivir de la chía casi en su totalidad, porque tiene 19 aminoácidos, conteniendo todos los aminoácidos esenciales excepto la taurina.

La chia no contiene gluten.
Es súper alta en fibra dietética, lo que la hace ideal para la digestión y la curación de los problemas digestivos.
Contiene 20% de omega-3 ALA, lo que la convierte en un súper alimento para el cerebro y el corazón.
¡La chia tiene ocho veces más omega 3 que el salmón!
Presenta un 20% de proteína.
Es alta en antioxidantes (tiene un valor ORAC cuatro veces más alto que los arándanos azules).
La chia contiene cinco veces más calcio que la leche.
La chia contiene siete veces más vitamina C que las naranjas.
La chia contiene tres veces más hierro que la espinaca.
La chia contiene el doble de potasio que el plátano.
Es un alimento para mantener saludables la piel, el cabello y las uñas.
Tiene un impacto positivo al equilibrar los niveles de glucosa en la sangre (lo que lo hace impresionante para los diabéticos).
La chia es un gran sustituto del huevo. Sólo combínala con agua para formar un gel y agrega a las recetas que requieren huevo.

Entonces, ¿cómo la consumes? Bueno, puedes molerla en una comida llamada ‘pinole’ y añadirla a casi cualquier cosa. En México, mezclan las semillas de chía enteras con agua o zumo de fruta para hacer algo que llaman ‘chia fresca’. También puede germinarlas de la misma manera que las semillas de alfalfa y usarlas en ensaladas.