- Sal a caminar, aunque sólo sea durante diez minutos. Dale tiempo a tu mente y a tu cuerpo para respirar.
- Recuérdate que tu cuerpo no es algo que tú u otros puedan juzgar – es un recipiente que le permite explorar el mundo, comunicarse con otros, probar cosas nuevas y experimentar nuevos sentimientos.
- Recuérdate que los hábitos que mantienes todos los días son mucho más importantes que las cosas que haces de vez en cuando.
- No pospongas la respuesta de los correos electrónicos – simplemente acaba con ellos y hazlo lo mejor que puedas para estar siempre trabajando con una bandeja de entrada vacía.
- Pero no responda a los correos electrónicos del trabajo después de las siete de la tarde si no es una emergencia. La gente sobrevivió hasta los últimos quince años sin correo electrónico; sus compañeros de trabajo estarán bien durante doce horas.
- Haz que la primera cosa que pongas en tu cuerpo sea buena para ti: frutas, verduras, huevos, frutos secos. Cuanto mejor te sientas al comenzar el día, más probable es que tomes mejores decisiones durante el resto del día.
- Guarda siempre tu ropa.
- Despierta recordando que es un nuevo comienzo. No dejes que las frustraciones triviales de ayer arruinen el día de hoy antes de que haya comenzado.
- Aleja tu mirada de la pantalla del ordenador cada veinte minutos para que tus ojos descansen. Oblígate a concentrarte en otro objeto durante veinte segundos y luego podrás volver al trabajo.
- Ordene el área donde vives (aunque sea un poco) antes de acostarte. Es mucho más agradable despertarse en un espacio limpio y tranquilo que en uno desordenado.
- Practica la atención con los demás; cuando tengas una conversación, debes estar completamente presente en lo que la otra persona te está diciendo, en lugar de planear lo que vas a decir a continuación.
- Usa una crema hidratante que contenga FPS (factor de protección solar).
- Ríete. Nada hace que el cuerpo se sienta mejor que una verdadera y genuina risa.
- Envía un mensaje de texto a un amigo con el que no has hablado en mucho tiempo y dile que lo extrañas.
- Sé amable con todos, aunque no lo sean contigo. Evitará que captes su negatividad y la lleves contigo.
- Si una tarea puede ser completada en un minuto o menos, no la pospongas, tan sólo hazla ahora mismo. Incluso si lo haces diez veces en un día, el total es de sólo diez minutos – ahorrándote la necesidad de añadir innecesariamente un montón de tareas a tu interminable lista de tareas pendientes.
- Mantén la alarma de despertar en el escritorio, en el o en algún otro lugar que te obligue a levantarte de la cama por la mañana para apagarla. Te ayudará a no darle involuntariamente al botón de parada seis veces en tu estado semiconsciente.
- Y si estás muy, muy cansada, toma una taza de café, té o refresco antes de descansar. La cafeína tarda unos veinte minutos en hacer efecto, así que cuando te despiertes de la siesta, te sentirás súper refrescada.
- Mantén una bata de baño en la parte posterior de la puerta que siempre puedes ponerte cuando te levantes de la cama por primera vez. Siempre hará que tu mañana sea un poco más agradable.
- Lee un capítulo de un libro. Lo más probable es que termines en un mes.
- Duerme una siesta si puedes, pero no más de treinta minutos.
- Dondequiera que vayas, lleva siempre un suéter.
Fotografía: Unsplash
Fuente: Thought Catalog