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Cómo hacer ejercicio cuando no te apetece

Hacer ejercicio… cuando no se quiere

Creo que todos conocemos la sensación. Sabemos que deberíamos hacer ejercicio, pero lo que realmente queremos hacer es relajarnos en el sofá. Y a veces… el sofá gana.

La motivación puede ser una bestia difícil. Incluso cuando sabemos que hacer ejercicio sería lo mejor para nosotros, a veces necesitamos darnos un poco de ánimo para hacerlo. Por eso hemos pensando en compartir nuestras cinco estrategias motivacionales favoritas para hacer ejercicio:

1. Piensa en tu «por qué»

¿Por qué quieres hacer ejercicio? ¿Es para ser más fuerte? Tal vez es para disminuir la grasa corporal o aumentar la masa muscular. Tal vez es para que tengas la resistencia y la energía para jugar con tus hijos sin fatigarte o lesionarte. Dormir mejor al final del día es otra gran motivación. Tómate un par de minutos para pensar en tu razón para cultivar un estilo de vida saludable y en forma. ¡Para mí, mi gran razón es que me hace una mejor persona! Tengo mucha más energía, paciencia y concentración cuando dedico un tiempo para sudar.

2. Piensa en cómo te sentirás cuando termines

Cuando estoy debatiendo sobre hacer ejercicio, lo más probable es que me sienta un poco mal. Cuando recuerdo cuánta energía y logros sentiré si voy a por ello, es suficiente para ponerme en marcha.

3. Date 5 minutos

Cuando realmente no tengo ganas de hacer ejercicio, pongo un cronómetro para 5 minutos y empiezo. Me digo a mí mismo que cuando pasen los 5 minutos y todavía no tenga ganas de hacer ejercicio, me detendré. El 100% de las veces quiero seguir adelante. A menudo es simplemente una cuestión de empezar.

4. Evalúa tus ejercicios

Si no te sientes motivado con tu rutina, es muy probable que te estés forzando a hacer demasiado o a hacer algo que no necesariamente disfrutas. La cinta de correr es un gran ejemplo. Si odias la cinta, no hay forma de que te sientas motivado para subirte a ella y presionar el botón de inicio. Así que, ¡deja la cinta de correr! Haz otra cosa que te guste para el cardio, como caminar por el barrio, tomar una clase de baile que te guste, hacer spinning, boxeo, etc. Hay muchas opciones de ejercicio físico, ¡elige una que te guste de verdad y tendrás más posibilidades de conseguirlo! Además, asegúrate de que tu plan de acondicionamiento físico sea equilibrado e incluya al menos 1-2 días completos de descanso cada semana. Cuando te entrenas demasiado, es muy difícil sentirse motivado porque tu cuerpo te dice que necesita un descanso.

5. Establece pequeños puntos de control y recompensas para ti mismo a lo largo del camino

¡Soy un gran creyente en recompensarte por la consistencia! Fíjate metas mensuales (como «Voy a entrenar 3 veces a la semana durante todo el mes») y cuando alcances tu meta, regálate una nueva camiseta de entrenamiento, un par de mallas, un masaje, un tratamiento de spa o algo para felicitarte. No tiene que ser nada grande; sólo algo para reconocer que has trabajado y te has mantenido constante.

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