«Pensando demasiado: Algo está en tu mente, y continuamente piensas en ello; el pensamiento se profundiza y empiezas a pensar en las consecuencias, eventos y posibilidades«. Diccionario Urbano.
«PARÁLISIS ANALÍTICA»
Pensar demasiado es dejar que el tema permanezca demasiado tiempo en la mente. A menudo, el resultado final es un juicio pobre, estrés elevado e inacción.
Si bien es importante pensar en algo, también es fundamental actuar con regularidad. La incapacidad para actuar paraliza a muchas de las grandes mentes del mundo, haciendo inútiles sus brillantes e innovadoras ideas. Esta es la razón por la se inventó el axioma: «Eres demasiado listo para tu propio bien«.
El término «parálisis del análisis» describe perfectamente – en sólo dos palabras – los peligros de pensar demasiado. Cuando sobreanalizamos algo, tendemos a estresarnos. Como resultado, el cuerpo libera las hormonas del estrés: epinefrina y cortisol. Debido a la avalancha de hormonas del estrés, nos resulta mucho más difícil pensar con claridad, y a veces nos quedamos paralizados.
No es una exageración decir que pensar demasiado puede arruinar la vida de alguien. Reflexionar sobre los pensamientos -buenos o malos- puede impedir que alguien progrese y siga adelante. A su vez, esto lleva a un bajo rendimiento, frustración e incluso afecciones de salud mental como ansiedad y depresión. Es crítico, por lo tanto, que detengamos la avalancha de pensamientos aparentemente interminables, especialmente si son negativos.
AQUÍ HAY 7 MANERAS DE EVITAR PENSAR DEMASIADO:
1. TOMAR CONCIENCIA DE SÍ MISMO
Para detener cualquier tipo de comportamiento, debemos ser conscientes de que está ocurriendo en primer lugar. Pensar demasiado es una avalancha de pensamientos que pueden manifestarse como síntomas físicos y mentales, incluyendo ansiedad, irritabilidad y falta de concentración. Cada vez que note una corriente de pensamientos desconectados o que induzcan ansiedad, córtelos.
2. DISTRAERSE
Cuando se trata de pensar demasiado, hay que tratar de distraerse a sí mismo desconectándose activamente de los pensamientos estresantes. Si le resulta difícil volver a tener un pensamiento positivo, distráigase tomando un descanso, leyendo o jugando a un juego.
3. NO SUPRIMA SUS PENSAMIENTOS
Cualquier persona con un trastorno de ansiedad le dirá que la supresión del pensamiento es contraproducente. La razón es simple: el cerebro piensa – esa es su función. No es inusual que los pensamientos entren en su cabeza. De hecho, ¡probablemente tenga problemas si no lo hace! Dicho esto, no se ponga tenso y trate de «protegerse» de pensamientos intrusivos. En su lugar…
4. CONVIÉRTETE EN OBSERVADOR
¿Sabía que la rumia inútil, es decir, el pensar en cosas malas y negativas, es la causa principal de la ansiedad y la depresión? Que, por cierto, son la primera y la segunda afección más común de salud mental, respectivamente.
Observar sus pensamientos es darse cuenta de las cosas que intentan apartar su atención del momento – y luego traer su atención de vuelta a su respiración, su trabajo, o su cuerpo. ¡Note que esto es lo opuesto a la supresión del pensamiento!
5. ESTABLECER RECORDATORIOS
No nos engañemos: detenerse a pensar demasiado no es una hazaña fácil, ya que romper hábitos arraigados del cerebro requiere esfuerzo. La mente continuará operando en su modo «predeterminado» a menos que se le den otras instrucciones. En este sentido, establecer recordatorios es un método excelente para cambiar sus hábitos mentales.
Programe recordatorios en el calendario de su ordenador o móvil, o ponga unos cuantos Post-Its por su casa y oficina con frases como «¡Aquí y ahora!». «¿Dónde está tu cabeza?» o, «Sé un observador.» ¡La repetición es la madre de todo aprendizaje!
6. OLVÍDESE DE SER PERFECTO
Algunas personas piensan que ser perfeccionista sería genial. No lo es. De hecho, los perfeccionistas tienden a tener mayores índices de ansiedad y menor calidad de vida. Una incapacidad de dejarse llevar, continuamente cuestionándose y comparándose a sí mismos, teniendo expectativas poco realistas, y siempre necesitando estar en control son sólo algunas de las razones por las que los perfeccionistas tienen más dificultades. Prestar más atención al proceso que al resultado es un buen consejo para aquellos con una vena perfeccionista.
7. PRACTIQUE LA MEDITACIÓN DE ATENCIÓN PLENA (MINDFULNESS)
Como se mencionó, reemplazar los hábitos de pensar demasiado puede ser difícil. Dicho esto, es importante desafiar el pensamiento excesivo y construir nuevos procesos de pensamiento. Cuando se trata de cualquier forma de ansiedad, la meditación de atención plena puede ser el mejor antídoto. La meditación de la atención plena requiere centrarse en el presente, la mayoría de las veces a través de prestar atención a la respiración.
Puede encontrar numerosas aplicaciones para móviles y recursos gratuitos en Internet sobre la meditación consciente (mindfulness). Si es nuevo en la meditación, comience con una sesión de 5 a 10 minutos y aumente lentamente a partir de ahí.
REFLEXIONES FINALES
Tal vez lo más importante a recordar es ser paciente. Entienda que los contratiempos son parte de cambiar cualquier hábito, incluyendo los de nuestro cerebro.
Preste atención al momento presente. Reduzca la velocidad y concentre su atención en lo que está sucediendo aquí y ahora. No piense demasiado en el pasado ni se preocupe demasiado por el futuro.
Después de todo… «la vida es un viaje, no un destino«.