Las tasas de cáncer están en aumento porque hay muchos factores que causan cáncer y que se extienden desde nuestro entorno hasta nosotros. Sin embargo, la comida es lo más importante. Lo que come es lo que irradia hacia fuera, pero hay una manera de cortar algo de su dieta y hacer que su cuerpo prospere.
Azúcar, el combustible del cáncer
El Dr. Otto Wartburg, junto con otros expertos en salud han estado hablando acerca de cómo al cáncer le encanta el azúcar desde la década de 1920. Sorprendentemente, muchos médicos no piden a sus pacientes con cáncer que mientras sigan comiendo alimentos procesados llenos de azúcar, es probable que tengan más dificultades para luchar contra esta enfermedad.
El fisiólogo alemán, líder en bioquímica, doctor en medicina, y premio Nobel estaba convencido de que se podía matar de hambre al cáncer para echarlo fuera del cuerpo. Si bien no siempre es tan fácil, esto es algo que podría cambiar significativamente el problema.
Su teoría era que las células malignas y el crecimiento del tumor son causados por células que generan energía a través de trifosfato de adenosina (ATP) por medio de la descomposición no oxidativa de glucosa (azúcar). El reciclado del metabolito de este proceso llamado glucólisis y la circulación en el cuerpo causaba respiración anaerobica.
Esto es lo contrario de lo que ocurre con las células sanas. Las células sanas, no cancerosas, generan energía del cuerpo a través de la descomposición oxidativa del piruvato, el producto final de la glicólisis, lo que conduce a la oxidación de la mitocondria. Otto Wartburg, por lo tanto, llegó a la conclusión de que el cáncer era realmente una disfunción mitocondrial.
Aunque este proceso de pensamiento parece tener sentido, también hay que tener en cuenta que la glucosa alimenta cada célula de nuestro cuerpo – incluso a las células sanas – por lo que sería imposible “matar de hambre” por completo a las células cancerosas, ya que acabaríamos matando de hambre a nuestras células sanas en el proceso. Mientras los investigadores continúan tratando de entender la conexión directa entre el azúcar y el cáncer, sí sabemos que el poder de una dieta saludable baja en azúcar, tiene beneficios para la salud de gran alcance.
La investigación ha demostrado que la relación entre el azúcar y los niveles elevados de insulina están relacionados con factores que pueden influir en el crecimiento de la mayoría de las células cancerosas y aumentar el riesgo de otras enfermedades crónicas. Así que usted puede pensar en esto como que un exceso de azúcar crea un entorno más tóxico que puede promover el crecimiento del cáncer. Existen muchos tipos de células cancerosas que tienen un montón de receptores de insulina, haciendo que respondan más que las células normales a la capacidad de la insulina para promover el crecimiento.
La mayoría de la gente puede evitar fácilmente a los culpables obvios que están llenos de azúcar refinada – tartas, pasteles, dulces, galletas, snacks, etc. El problema es que muchos de los alimentos que se envasan y venden en la mayoría de los países están llenos de azúcar refinada, pero está oculto en las etiquetas de los envases. Productos como yogures ‘sanos’, cereales, pan integral o pan de grano entero, e incluso artículos ‘bajos en calorías’ pueden estar llenos de azúcar.
La forma más fácil de eliminar los azúcares refinados no deseados es dejar de comprar alimentos pre-envasados, y por lo menos temporalmente, no comer en restaurantes – muchos establecimientos que sirven comidas se nutren de grandes empresas que incluyen en su comida gran cantidad de azúcar y sal para que sea más agradable al paladar.
Incluso unos aderezos para ensaladas pueden estar cargados de azúcar. Para hacer frente a los antojos de alimentos azucarados, aumente el consumo de proteínas de origen animal (nada de carne roja) y coma más vegetales y alimentos que estén llenos de nutrientes.
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