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Las 5 maneras más eficaces para curar el síndrome de piernas inquietas naturalmente

Las 5 maneras más eficaces para curar el síndrome de piernas inquietas naturalmente

Imagínese acostado despierto por la noche con las piernas hormigueando, sintiendo como si tuviera gaseosa en las venas. Si esto suena familiar, sepa que no está solo. Aproximadamente 1 de cada 10 personas ha tenido esta experiencia en algún momento de su vida. El síndrome de las piernas inquietas (SPI), también conocido como enfermedad de Willis-Ekbom, es una afección neurológica que causa un desagradable hormigueo y palpitaciones en las piernas. Esto lleva a un impulso abrumador de moverlas mientras están en reposo. La sensación a menudo empeora por las tardes o por la noche. Además, la gravedad de la afección puede variar, desde incómoda e irritante hasta extremadamente dolorosa. Algunas personas tienen síntomas ocasionalmente, mientras que otras los experimentan todos los días.

Lo inusual del SPI es que al acostarse o relajarse puede desencadenarse. Esto hace que sea difícil quedarse dormido o descansar toda la noche. Un caso grave puede causar insomnio y privación del sueño, lo cual puede afectar a su vida laboral y sus relaciones personales. También podría llevar a depresión y ansiedad.

Las mujeres parecen ser más susceptibles a esta afección que los hombres; tienen el doble de probabilidades de contraerla. Y aunque se puede contraer a cualquier edad, es más común en los individuos de mediana edad.

El síndrome de las piernas inquietas también está relacionado con la sacudida involuntaria de los brazos y las piernas durante el sueño, una afección conocida como movimientos periódicos de las extremidades. Alrededor del 80 por ciento de las personas con SPI experimentan movimientos periódicos de las extremidades durante el sueño.

¿Qué causa el síndrome de las piernas inquietas?

A menudo es difícil discernir qué causa el SPI. Curiosamente, parece que es de familia. Existe evidencia de que también está relacionada con la disfunción en los ganglios basales del cerebro. Este circuito maneja dopamina, un neurotransmisor que controla el movimiento muscular. Un desequilibrio dopaminérgico puede resultar en movimientos involuntarios. Los niveles de dopamina caen naturalmente durante la última parte del día, lo que explica por qué los síntomas de SPI parecen agravarse por las tardes o por la noche.

También se ha encontrado que el SPI está asociado con otros factores:

Remedios naturales para tratar el síndrome de piernas inquietas

Para los casos graves de SPI, el médico puede recetar analgésicos, ayudas para dormir o medicamentos que aumenten la dopamina. También debe descartar las posibilidades de una afección subyacente, como se mencionó anteriormente. Afortunadamente, el SPI leve se puede controlar de manera natural a través de cambios en el estilo de vida, ejercicio y dieta.

1. Adopte buenas prácticas de estilo de vida

Cuidar ciertas áreas de su estilo de vida puede mejorar los síntomas del SPI.

2. Pruebe los remedios herbales

Ciertas hierbas pueden ser útiles para tratar los síntomas del SPI.

3. Practicar Yoga

El yoga puede ser la forma de calmar esas piernas inquietas. Un estudio encontró que los participantes que asistían a clases de yoga de 90 minutos dos veces por semana (y practicaban 30 minutos en los otros días) experimentaban una mejoría en los síntomas de SPI, la calidad del sueño y el estado de ánimo después de 8 semanas. Las sesiones de yoga comenzaron y terminaron con ejercicios de relajación, incluyendo la postura del perro orientada hacia abajo (Adho mukha svanasana), postura de árbol (Vrksasana) y postura del héroe (Virasana). Los participantes también indicaron que experimentaron una mayor energía y un mejor estado físico después de practicar yoga.

4. Consulte a un osteópata

La osteopatía, una forma de terapia manual que se enfoca en los músculos y las articulaciones, puede tratar el SPI. Específicamente, una técnica conocida como manipulación de liberación posicional es útil. Este método consiste en localizar puntos delicados de la pelvis que son específicos del SPI y del dolor. Luego, el cuerpo o la extremidad se coloca en una posición en la que experimenta alivio del dolor en el punto sensible. Esta posición se mantiene durante 90 segundos antes de que la extremidad vuelva a una posición neutral. Un osteópata puede ayudarle a establecer un régimen personalizado que funcione para usted.

5. Recibir un masaje

Recibir masajes regulares podría ayudar con el SPI. La investigación encontró que los masajes de 45 minutos, dos veces por semana, fueron capaces de mejorar los síntomas como la urgencia para mover las piernas, las sensaciones de hormigueo y el insomnio después de sólo dos tratamientos. Durante esta intervención se aplicaron diversas técnicas de masaje -tales como tejido profundo, masaje deportivo, liberación miofascial y terapia de puntos gatillo- sobre los piriformis (músculo glúteo) y los tendones isquiotibiales.



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