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Hábitos furtivos que arruinan su salud intestinal a medida que envejece

Hay varias medidas rutinarias importantes que hay que tener en cuenta cuando se trata de mejorar el cuidado de uno mismo y el bienestar. Una buena higiene bucal es esencial para mantener una buena dentadura, y un sólido régimen de cuidado de la piel es necesario para conseguir un cutis hidratado y radiante. Acudir a un optometrista para realizar revisiones de la vista es imprescindible, y dormir las horas adecuadas cada noche ayuda a recargar el cuerpo.

Pero un paso esencial para mantenerse sano que no puede pasarse por alto es estar atento a su salud intestinal. Es posible que tenga malos hábitos que afecten negativamente a esta zona de su cuerpo, y vamos a explicarle por qué debe cambiar su rutina.

¿Por qué es tan importante mantener un intestino sano? Bueno, su intestino es en realidad el núcleo de su salud en general. De hecho, a veces se le llama «segundo cerebro», porque los dos órganos trabajan en estrecha colaboración.

Harvard Health explica que pienses en ello en términos de cuando tienes «mariposas» o «sientes náuseas». Tu cerebro afecta directamente a tu estómago, y tu tracto gastrointestinal reacciona a tus emociones. Sentimientos como la felicidad, la tristeza, la ansiedad y el enfado pueden provocar reacciones buenas (o malas) en el intestino (vía Harvard Health).

Es necesario seguir aprendiendo sobre tu intestino, para que sepas lo importante que es tratarlo con respeto. Según Well.org, muchas personas describirían su intestino como sus intestinos delgado y grueso. Eso es incorrecto, ya que el intestino está formado por todo el tracto gastrointestinal. De hecho, abarca la mayor parte del sistema digestivo.

Hablamos con Sunny Jain, director general y fundador de Sun Genomics, sobre los hábitos cotidianos que destruyen tu salud intestinal a medida que envejece. ¿Cómo puedes cuidar eficazmente tu salud intestinal? Es hora de deshacerse de estos malos hábitos, y Jain comparte los más comunes que puedes tener. Sigue leyendo para saber más.

1. No haces suficiente ejercicio regular

«Los estudios han demostrado que el ejercicio está directamente correlacionado con la diversidad de tu microbiota intestinal (el número de funciones beneficiosas que tu intestino puede realizar). ¡Ser sedentario a medida que envejecemos no sólo es malo para nuestros músculos y nuestra longevidad, sino que afecta a nuestra microbiota intestinal y a su función«, explica Jain.

En cuanto a cómo se puede cambiar este mal hábito y trabajar para conseguir un intestino más sano, Jain comparte lo siguiente: «Tenemos que empezar a pensar en alimentar nuestros microbios intestinales tal como pensamos en alimentarnos a nosotros mismos como humanos. Yo lo veo como los juegos de mascotas Tamagotchi de los años 90. Un Tamagotchi era una mascota digital a la que tenías que alimentar, ejercitar y mantener feliz, y si la descuidabas, simplemente moría«.

2. No estás comiendo las cosas correctas

Jain explica que, además del ejercicio, tus microbios necesitan probióticos y fibras vegetales. Si no estás seguro de por dónde empezar con tu dieta, siempre es una buena idea buscar el consejo de un nutricionista certificado o un dietista registrado. Mientras tanto, Forbes informa que la compra de artículos como el kéfir, el chucrut, la kombucha, el yogur (lácteo y no lácteo) y el kimchi son alimentos probióticos impresionantes que mejorarán el número de bacterias buenas en tu cuerpo. (Además, los alimentos con alto contenido en fibra, como los frutos secos, las frutas frescas (naranjas, moras, arándanos), las semillas, la quinoa y las verduras (guisantes, brócoli, patatas blancas, calabaza de invierno) son opciones clave para incorporar a tu dieta.

3. Tienes demasiado estrés

Según Jain, se ha demostrado que la depresión o el estrés fisiológico provocan «fugas» en las barreras de tu tracto intestinal (la parte que separa el contenido de tu intestino de tu circulación y órganos internos). Esto se conoce comúnmente como tener un «intestino permeable«, un término con el que quizás ya estés familiarizado. Cuando la inflamación por estrés se apodera de estas barreras, permite que los microbios inflamatorios del intestino, junto con su toxina, se dirijan a tu sistema circulatorio.

Algunos consejos para mejorar tu salud intestinal

Ahora que sabes lo que puedes estar haciendo mal, vamos a repasar algunas cosas que puedes hacer bien. Jain sugiere incluir una rutina de ejercicios de resistencia, como el ciclismo, el footing, el senderismo y el yoga. Estas actividades ofrecen una respiración controlada, que es un gran reductor del estrés y puede mejorar tu circulación. Esto puede ser bastante terapéutico en lo que respecta a tus microbios intestinales.

Ten en cuenta que es importante no exagerar ninguno de los ejercicios que hagas. Si los realizas a un nivel intenso, es fundamental controlar el impacto que el entrenamiento tiene en tu microbiota intestinal. «Al pensar en nuestro proceso de recuperación después del ejercicio, considera tu ‘Tamagotchi intestinal’, y restringe la ingesta de un montón de azúcar que alimentará a los microbios intestinales malos y repón con bayas, fibras vegetales y proteínas saludables para alimentar a los microbios buenos en su lugar«, propone Jain. También puedes considerar la posibilidad de tomar microbios saludables que se encuentran en los alimentos fermentados y los probióticos. Esto puede ser muy útil para reducir el crecimiento de los microbios que son perjudiciales para tu intestino.

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